crónicas de las tierras mágicas: segunda era, Fausto .

Fausto estaba sentado en casa, Desde que había pasado «la guerra de los enanos» las cosas habían cambiado mucho para él, las palabras exactas eran bonanza y aburrimiento, ni más ni menos, los ogros y los enanos se habían hecho amigos y competían haber quién hacia la mejor cerveza, los orcos, troll’s y el nigromante rojo no habían vuelto a asomar las narices, Fausto suponía que la incursión de castigo que habían hecho «las ninfas guerreras» a los páramos con su misión suicida les habían acabado de quitar las ganas de guerra a aquellos seres, los lobos y águilas tenían comida abundante y los faunos y ninfas jóvenes se dedicaban a lo suyo, corretear por los bosques y hacer el «golfo», sobre todo los faunos.
Para Fausto fué un golpe muy duro la pérdida de sus dos amigos, para él la guerra de los enanos había tenido un coste muy alto, por otro lado era feliz, su compañera era una preciosa ninfa, aunque ahora que lo pensaba las ninfas eran todas guapas, ninguna había gorda ni muy flaca, sus «dotes naturales» estaban preparados para volver locos a sus «cabralocas» y todos lo sabían, que raro era que una sola raza fuera tan compleja y tan diferente entre los dos sexos, ellas unas féminas guapísimas dónde las hubiera y ellos piernas, miembros genitales y cuernos de cabra, tronco superior, cabeza y cerebro de hombre, sólo tenían algún problema con el tema emotivo, porque a veces se mezclaban los sentimientos humanos con las reacciones animales de un macho cabrío, se quedó mirando a Nirvana, estaba haciendo la comida, movía enérgicamente algo en la cocina, como si estuviera cortando algo duro y se fijó que a juego se le meneaba el culito, empezó a sonreir y notó que empezaba a tener una calentura «muy especial», así que se acercó a su pareja, la abrazó por detrás y dejó que ella notara que algo se movía por «los bajos fondos», Nirvana sonrió y se dió la vuela hacia su compañero mientras preguntaba:»¿ahora?, se quedó esperando el primer beso que no tardó en llegar, su destino el cuello mientras notaba cómo las manos de Fausto resbalaban por su espalda buscando aquel sitio donde perdía aquella su buen nombre, sencillamente se notó húmeda y pensó que también le apetecía, él tenía la virtud de ponerla a tono con poca cosa, cuando ya estaban a punto de ir a la cama, llegaron los gritos de un fauno jóven que gritaba: «señor Fausto señor Fausto, corra corra , señor Fausto el señor brodin quiere que venga,corra señor Fausto».
Fausto suspiró y para calmarse imaginó cuál sería la mejor manera de matar a aquel intruso que les había estropeado la fiesta, se le ocurrían varias maneras, abrió la puerta sonriendo, mientras Nirvana se metía en la habitación, las ninfas no pueden disimular su excitación tan bien y desde luego no pensaría en la forma de matar a aquel fauno, sencillamente lo haría……………..

continuará pasado mañana día 21 de abril de 2012 con el capítulo tres ¡no os lo perdáis! 🙂

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